jueves, 7 de febrero de 2013

¿...Y que será del editor?

Leí hace poco en Ecos de Sumer, un buen blog sobre el mundo editorial que encontrarán en mi lista de blogs, a la derecha, acerca del cambio de liderazgo en la edición de hoy en día. Concretamente se habla de la asunción de la gestión y distribución de contenidos editoriales, tanto digitales como físicos, por parte de grandes plataformas de distribución y comunicación en internet tales como Google, Amazon, Apple, etc, sin contar con la posibilidad de que se suban al carro editorial los gigantes de la telefonía (Vodafone, Orange...). Esta cuestión me ha planteado ir más allá y pensar acerca de la figura, singular, del editor y cual va a ser su lugar en el mundo de aquí en adelante: ¿Que cambios conllevará para el editor el cambio de paradigma? ¿Dónde se situará el editor? ¿Y si el mundo digital trae la emancipación del autor respecto del editor? ¿Y si cambia el "status quo" y es el autor quien elige y contrata al editor que más le interese? ¿Y si pasamos a tener un rol semejante al de un abogado, que ofrece sus servicios a su cliente y éste decide si es el editor adecuado para su obra o no? Ahí estoy imaginandome a mí mismo esperando en un sofá, junto a otros tantos editores, esperando turno, currículo en mano, para la entrevista con el autor de turno.


Hay quienes dicen que el editor desaparecerá y que el autor se dedicará a la autoedición. Eso sólo lo veo plausible en autores noveles como forma de autopromoción pero no como forma de vida. Lo más probable es que esa ráctica suma al autor en la mediocridad artística y profesional. La edición es un negocio y todos los negocios absorben a quienes los promueven. Un autor preocupado por distribuir, buscar financiación, editar, promocionar... ¿Cuando escribiría? ¿Y su cabeza, estaría bullendo de ideas o de preocupaciones? Ya me estoy imaginando el percal: una red, o librería, infestada de obras vacías y totalmente prescindibles.

Pero un editor no es sólo un empresario, un gestor o un artesano: es un asistente en el cual el autor puede apoyarse, un coach que le ayuda a sacar lo mejor de él, que le ayuda a mejorar y a tener mejores ideas.

Sea lo que sea, espero que el cambio traiga consigo un mejor equilibrio entre las partes que forman el mundo editorial.



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